hablando claro de la Capital del Helado…

Cuando escuchamos hace unos pocos años atrás, la noticia de que Coopelia había sido “asaltada” por los trabajadores sociales, respiramos de felicidad pensando que, al menos algún funcionario del gobierno o de la Asamblea Nacional, se pasó por la heladería más famosa de Cuba, quizá junto a su familia, y fue testigo de los maltratos a los que éramos sometidos los que allí íbamos en busca de unas “bolas” de helados para refrescar el calor intratable al que en esta isla casi siempre nos somete la meteorología.

Nosotros, fans de el lugar, donde nos gustaba pasar un rato agradable con los pequeños tomando un helado, hace rato que nos negamos a entrar a la heladería por sus pésimos servicios. Pensamos incluso en hacernos unas camisetas que dijesen: YO TAMBIÉN IBA A COPPELIA…

Recordamos que, en una ocasión como era tanto el maltrato, fuimos a quejarnos a la gerencia donde nos  pidieron disculpas y nos dijeron que no se iba a repetir…. una frase hecha.

Entonces, un buen día, al llegar los trabajadores sociales al lugar, renovamos nuestro voto de confianza a la heladería; a la hora de almuerzo, en busca de nuestro helado, comprobamos como el público había “regresado” a sus instalaciones y que se brindaba un mejor servicio… hasta las colas sucedían más rápido; además de que se habían enriquecido las propuestas de variedad de sabores que hasta ese entonces nunca antes habíamos visto pasar por las mesas; las bolas por vez primera en mucho tiempo eran redondas y no semicírculos como hasta entonces… (hasta el “mercado libre” estaba controlado por la puerta del fondo que da a la calle 21…..sin comentarios, ya tu sabes….)

Creemos que ha sido la etapa más normalizada que ha vivido el recinto desde los años 90 hasta los 2000… Pero ocurría un problema; los trabajadores sociales no podían ser vitalicios en “La Capital del Helado” y tenían que desempeñar otras tareas en función de las necesidades de la sociedad y se determinó sacarlos luego de unos meses de trabajo. Curiosamente esos muchachos nunca pasaron una escuela de gastronomía de cuatro años y sin embargo en su gran mayoría brindaban una sonrisa al público y un alto grado de respeto, además de que dominaban las técnicas en solo días. Nos preguntamos si serán necesarias solo las escuelas para formar gastronómicos eficientes… sería interesante tratar la cuestión en otro momento…

Pasado el tiempo ecuchamos que “El Tavo”, uno de nuestros héroes de leyendas policíacas en la Habana por la gustada serie de televisión “Día y Noche”, había tomado la batuta de la heladería más famosa de Cuba. Todos volvimos a respirar el alivio de que todo tomaría forma ya que “El Tavo” es alguien a quien todos respetamos…

En esta semana después de meses sin querer entrar, quisimos comprobar por nosotros mismos que la cosas habrían cambiado… fallamos.

Estuvimos allí parados, sin nadie que nos atendiera en la barra del primer piso por más de 20 minutos en una “cola” donde éramos los primeros y por detrás había unas 20 o 30 personas. Lo peor era que las canchas estaban prácticamente vacías y nadie se preocupaba, primero por su función de vender helado, segundo por la atención al público, tercero por la falta de respeto y anarquía total de sus trabajadores … Es triste que el país se empeñe en la batalla por la eficiencia y algunos hagan todo lo contrario, cobrando un salario entero y no dudamos que hasta con estimulación y todo… mientras que su verdadera entrada monetaria pareciera estar precisamente en el “no vender”!

Sabemos un poquito de lo que hablamos pues las dos patas de este taburete nos hemos desempeñado por años, y nos desempeñamos, en trabajos que tienen que ver con la atención y el servicio a los demás. En el título de una reflexión reciente de Enrique Ubieta se preguntaba ¿servir es un placer?, pues puede que no, pero lo que si es un placer es saberse profesional de la labor que uno desempeña, es un placer sentirse honrado y es un placer comprobar que la función que uno desempeña es agradecida por los demás.

Este lugar debiera recuperar su lugar dentro de la oferta gastronómica de La Habana, pues tiene un potencial enorme para ello.

Otros tiempos tendrán que llegar para volver a Coppelia, estos nos recuerdan más de lo mismo. Entonces ojala encontremos otro panorama en “la Capital del Helado en Cuba”.

El Taburete

Una respuesta to “hablando claro de la Capital del Helado…”

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